Fran y Eli se casaron un 25 de agosto con un tiempo más acorde al de la primavera que al de un día de pleno verano. Lluvia  sol, viento.. Tuvimos un poco de todo. Eso si, el clima se porto lo suficiente como para poder realizar la ceremonia sin muchos contratiempos. Esta vez elegimos empezar por los bajos de la Concha, mientras esperábamos a que el suelo se secase un poco. Las fotos eran antes de la ceremonia, así que no era plan que la novia terminase con los bajos del vestido hechos un Sancristin. Los pilares, el blanco y negro, la Barandilla de la Concha, las vistas a la isla Santa Clara, dieron su juego. Así como el cartelito de neón de la fachada del Hotel Londres. Después el Carrusel y la pasarela del Club Náutico y vuelta por las calles de la Parte Vieja. Todo muy cerca y rapido. Además a mano del ayuntamiento donde era la ceremonia, en el lujoso salón de plenos, antigua sala de juegos hoy reconvertida para la politica municipal.

La comida en el Restaurante Branka, al lado del Peine de los Vientos, donde eli pudo estrenar su bonito paraguas blanco, comprado para la ocasion ya que al poco de empezar la sesión se puso a llover. Toco refugiarse en Branka, y disfrutar del lunch, para de vez en cuando subir tambien a la terraza y comtemplar las maravillosas vistas, que hicieron las delicias de mas de un invitado que había venido de fuera. Buen ambiente, buena comida y vistas que mas se puede pedir. Como anécdota a ese super lanzamiento de ramo desde el balcón y la habilidad de cogerlo al vuelo de la joven invitada. Demasiado joven para que aun se le pase por la cabeza estas cosas de casarse… Pero a la que le hizo una enorme ilusión quedarse con tan cotizado trofeo, seguro que no se le olvida.