Xeila. Tímida, por momentos, alegre y extrovertida en otros. Recuerdo que en los primeros minutos en el estudio, se puso a llorar cuando se vio sola ante tanto flash. Ella, pobre y su caballito amarillo.. Pero luego, rápidamente cambio de humor y se lo tomo como un juego. Un juego de esconder la mirada, de regalar sonrisas y de moverse mucho de un lado para otro, sin parar.  Una vez en el parque aquello ya era otra cosa, estaba en su elemento. Además rodeada de flores, de las flores que tanto le gustan.

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